jueves, 28 de julio de 2011

El futbol me hace pensar ¿que problema no?


En el fútbol, ritual sublimado de la guerra, once hombres de pantalón corto, son la espada del barrio, la ciudad o la nación. Estos guerreros sin armas ni corazas exorcizan los demonios de la multitud, y le confirman la fe, en cada enfrentamiento entre dos equipos entran en combate viejos odios y amores heredados de padres a hijos. El estadio tiene torres y estandartes, como un castillo, y un foso hondo y ancho alrededor del campo. Al medio, una raya blanca señala los territorios en disputa, en cada extremo aguardan los arcos que serán bombardeados a pelotazos, y ante los arcos, el área se llama zona de peligro. En el círculo central, los capitanes intercambian banderines y se saludan como el rito manda... (Galeano; 1998: 9)

Hace un ratito escuchaba al DT Tabarez diciendo que en Uruguay ya no se tiene el sentimiento exitista de la victoria final, sino que se festejan los logros (porque en realidad hacía 40 años que no había uno) el proceso. Que los resultados de la selección Uruguaya son debidos a un proceso iniciado hace 5 años con los equipos de las divisiones inferiores (algo así como el germinador de los "futbolistas uruguayos")
Desde el partido con Argentina me vengo cuestionando que es lo que toca o mueve el sentir colectivo de euforia y felicidad frente a un logro futbolísitico, tomandome como ejemplo a mi, que no me gusta particularmente el futbol y sin embargo recorrí 18 de julio el sábado con una sonrisa de oreja a oreja y con ganas de abrazar hasta las lágrimas porque "habíamos" (yo lo único que hice fue tomar mate y apretar los dientes durante mas de 2 hs) dejado afuera Argentina.
Qué es lo que pone en moviemiento ese ritual simbólico de lucha masculina en defensa de la vulva primigenia representada en el arco que nos hace sentir identificad*s.
Algunos dirán que el identificar a la selección Uruguaya con el país responde a un acto narcisista de auto consagración, o que los políticos aprovechan los procesos de exaltación futbolística para mitigar el efecto de cambios de ministros, interpelaciones y otras yerbas. Puede ser.
En ese sentido estos "uruguayos" que "nos" representan son hasta mas Uruguayos que nosotr*s, pero que al igual que otr*s miles de uruguay*s, no viven en Uruguay y si no ganaran lo que ganan jugando en Europa, no tendrían la posibilidad de comprarse un pasaje y venir a votar por ejemplo. Cosa que como ciudadanos se la negamos a tod*s l*s uruguay*s que no vivan en el territorio.
Extraño nacionalismo el nuestro ¿no?
A medida que analizo mis emociones, puedo comprender que el sentimiento de ser parte de un todo, un nosotros (obviamente masculino poderoso y protector) nos invade en esa especie de frenesi conmemorativo principalmente en el proceso de diferenciación y superioridad simbólica frente al otro.
Y perdonen amig*s, me tomó un par de días lograr que la vigilancia epistemológica pinchara la burbuja de la pertenencia simbólica, aún sigo sin entender porqué es tan fuerte el peso de un siglo de tradición futbolera, pero mientras reflexiono .....
¡¡¡¡¡VAMO ARRIBA LA CELESTE!!!! ;)

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